viernes, 20 de abril de 2012

Porcentajes

Querida Helena,

Te escribo hoy con el pecho más ligero, esa garra fría que me oprimía desde el día que nos dimos cuenta que padecías una enfermedad congénita, ha relajado su presa. Y es que ayer fuimos a hablar con el Doctor Luis Pérez, el jefe de Mariví, y nos explicó que con la información que le habíamos hecho llegar (tu necropsia, los distintos informes de San Joan de Deu y del Hospital de Nens y sobre todo con el detalle de que tenías un pequeño Nevus lineal sebáceo en la carita) nos podía asegurar que tu enfermedad se debió a una mutación somática durante la gestación.

Quizás todo esto te suene a chino, a mí casi que también, pero creo que es bueno que sepas y entiendas lo que pasó mientras te gestabas en el vientre de tu madre, por si alguien te pregunta o simplemente porque el saber no ocupa lugar.

Verás, todos venimos de una única célula que contiene toda la información de como seremos. Una mitad de esa información la pone el padre y la otra la madre, y son en realidad mitades de la información que los describe a ellos mismos. Ambas mitades se combinan y forman un ser nuevo y único. Por eso los hermanos se parecen, pero no son iguales. Vale, de acuerdo, los gemelos son iguales, pero es porque provienen de esa única célula que en vez de originar un ser ha originado dos. Pero volvamos al tema que nos ocupa.

Una vez la mezcla está lista, la célula única se divide formado una copia perfecta de si misma. y a su vez las copias se vuelven a dividir formando copias, que a su vez se vuelven a copiar, y así durante mucho tiempo, teniendo al final y gran número de células todas iguales. Pero en un momento dado cada célula comienza a convertirse en un tipo determinado, algunas se convertirán en células de los pulmones, otras de la piel, otras del cerebro, etc. Algo así como cuando del tronco de un árbol comienzan a crecer las ramas, y de estas a su vez sales ramas más pequeñas, hasta que al final aparecen las hojas que serían las células definitivas.

Ahora bien, puede ocurrir que en el momento que se forma una de esas pequeñas ramas, la copia de una célula no se haga del todo bien y aparezca un error, lo que los científicos llaman mutación, y a partir de ese momento, cada célula que se genera como copia de la errónea arrastra consigo el error y lo transmite a sus propias copias. Cuanto antes ocurre el error a más tipos de células se transmite y viceversa, cuanto más tarde ocurre el error menos tipos se ven afectados. En tu caso, la mutación ocurrió relativamente tarde, pero afectó a una célula que determinaba como se tenía que formar parte de tu cerebro y parte de tu piel.

Este tipo de mutación es fortuita y nos resulta imposible conocer el motivo, pero lo que está claro hija mía es que tu enfermedad no fue heredada de tu madre o de mí, lo que era nuestro gran temor y mi gran culpa. Hoy sabemos que, si quisiésemos daros a ti y a Héctor otro hermano o hermana, el porcentaje de probabilidad de que el bebé tuviese tu misma enfermedad es prácticamente nulo y que los riesgos de mutación en la gestación son los mismos que para cualquier otra pareja sana de nuestra misma edad.

Espero que tras leer esto no te duela mucho la cabeza, a mi la Probabilidad era una de las asignaturas que menos me gustaban en la carrera y a la que veía menos utilidad, pero lo cierto es que vivimos en un mundo de incertidumbres, no hay nada seguro, sólo tenemos un número, un porcentaje al que agarrarnos en el momento de tomar las decisiones, y depende de cada uno decidir si es demasiado grande o pequeño.

Tu padre que te quiere.

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