sábado, 20 de agosto de 2011

Un barquito de cáscara de nuez.

Querida Helena

Hoy hace un mes que decidiste dejar este mundo y embarcarte en la gran aventura de lo desconocido, dejar atrás tu pequeño cuerpo y viajar a lo desconocido.

Tras un mes sin sentirte a mi lado es hora de hacer balance y ver si mi corazón se ha endurecido lo suficiente para continuar con sólo tu recuerdo, o si por el contrario, aún es pronto para dar por sanada la herida que produjo tu partida tan temprana.

En estos 30 días he llorado en silencio cuando debería haber reído con las gracias de tu hermano, pero me es imposible mirarlo a los ojos sin ver tu reflejo en ellos. He sentido pena cuando el sol besaba mi piel y el mar me acariciaba con su eterno vaivén, pues me imaginaba contigo en brazos riendo, o quizás llorando,,  al sentir tu primer baño de mar. Y lo peor de todo,lo que más me atormenta, sentir como mi corazón se volvía a romper cada vez que tu madre lloraba al no poder acunarte.

En mis 37 años de vida nunca he sentido esta pena mientras paseaba por las blancas calles de Ayamonte; nunca he querido sumergirme en el mar y nadar hasta caer rendido, dejándome llevar por la marea; nunca he querido irme a dormir sin ni siquiera echar un vistazo al cielo estrellado; y sobre todo, nunca he querido dormir y dejar el tiempo pasar.

Hoy el día se ha levantado acorde a mi estado de ánimo, gris y plomizo, bochornoso y sofocante. Ni tan siquiera el caminar sin rumbo me ha animado, ni ver el Guadiana, ni las blancas casas de La Villa, ni asomarme a los esteros han conseguido animarme en lo más mínimo.

Así que el balance es claro, un mes no ha sido suficiente para hacer borrón y cuenta nueva; y con la mano en el corazón, no creo que ni diez, ni mil, ni un millón de meses o incluso años, puedan llenar este vacío que me devora día tras día, dejándome seco, sin fuerzas, como un barquito de cáscara de nuez, al que arrastra el río de la vida, sin rumbo fijo, anhelante por que llegue el día en que mis brazos vuelvan a estrecharte.

Tu padre que te quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, háblale a Helena...