martes, 20 de julio de 2021

Iustum X annos

Querida Helena,

Hoy hace diez años que te vi partir, diez largos años sin ti. Diez años preguntándome si tu pelo se habría rizado como el de tu hermana, o si tu ojos cambiarían de color con la luz como los de tu hermano. Diez años llenos de preguntas sin respuestas y una única verdad, que tú ya no estás.
Es extraño pensar que siendo ésta una efeméride tan redonda (diez años, dos lustros, una década), me haya sorprendido a mí mismo, sentado frente a la pantalla, sin saber qué decir. Normalmente llevaría días dándole vueltas en la cabeza al mensaje que te quiero transmitir, pero esta vez no ha sido así.

Quizás sea el exceso de trabajo, o el tener que volver a estudiar como cuando era joven, pero sin serlo ya, o la falta de sueño, o que de un tiempo a esta parte el tiempo ya no quiere arrastrarse hora a hora, minuto a minuto. No, ahora vuelan los días y las semanas corren, uno cierra los ojos sintiendo la caricia del sol del invierno en la piel y al abrirlos ves la magia de la primavera a tus pies.

Y me niego. No quiero. No, no quiero perderme ni un minuto de las risas de tus hermanos, no quiero girarme, y por el rabillo del ojo, ver como Héctor se ha hecho un hombre, así, sin avisar, a traición. No quiero pensar que pronto Nuria seguirá ese mismo camino y perderá esa inocencia que tanto la caracteriza, que pronto no seré "¡¡¡PAPÁ!!!", sino "papá...". Pero sé que es ley de vida, y nada podrá evitar que dejen de ser niños, igual que nada pudo evitar que tú te fueras.

Sin embargo, a veces, la vida tiende a darnos pequeños regalos en forma de pequeñas situaciones que se repiten a lo largo de nuestro periplo vital, permitiéndonos revivir momentos llenos de significación que de otro modo caerían en el olvido. Ayer, diez años justos después de tu última noche en la tierra, tu hermana durmió conmigo, y mientras se quedaba dormida, me cogió la mano, aferrándose a ella para saber que yo seguía ahí, a su lado, de la misma forma que yo, hace ya diez años, te cogí la mano en aquella última noche, esperando que mientras me aferrase a ti, tú no te irías.

Tu padre que te quiere.

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