viernes, 9 de febrero de 2024

Dimidium saeculum in hoc mundo

Querida Helena,

Feliz cumpleaños! Ya son 13 los años que han pasado desde que respiraste por primera vez, 13 años en los que podías haber caminado por este mundo, pero la vida decidió que nunca caminaras.
Para tu madre y para mí ya son cinquenta, medio siglo en este mundo, medio siglo llenos de alegrías, cariño y amor, medio siglo que no me arrepiento de haber vivido. 

Y sí, en este medio siglo ha habido espinas, espinas que te rozan e incomodan, espinas que se te clavan en la piel, entran profundas, se quedan allí  y te van mortificando, pero espinas que con el tiempo, el cuerpo absorve y de ellas tan sólo queda una pequeña mancha en la piel. Y también esa espina cruel, esa que se te clava en el corazón, tan rápido y tan profundo que crees que no podrás seguir viviendo. Esa espina que te rompe el corazón, la vida y hasta el alma.

Perderte es para mí esa espina.

Perderte me cambió la vida, no solo porque me rompiera el corazón, sino porque al recojer las piezas y volver a juntarlo, aprendí más de mí mismo y de aquellos que estaban a mi lado, de lo que creía posible. Y eso hizo que deseara vivir por ti, por ellos y sobre todo por mí.

La vida es un regalo maravilloso y no debemos desperdiciarlo. Se lo debemos a los que vinieron antes, se lo debemos a los que están aquí y se lo debemos a los que vendrán. 

Y yo, sobre todo, te lo debo a ti.

Brindo por otros 50 años llenos de este peculiar dialogo epistolar.

Tu padre que te quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, háblale a Helena...