sábado, 20 de julio de 2024

Fessus sum

Querida Helena,

Son ya trece años sin ti. Trece años con el corazón roto. Trece años en los que me he visto obligado a aprender que la vida es un regalo que tan pronto viene como se va. Trece años de intentar seguir viviendo con tu recuerdo, pero sin ti.
En estos trece años he lamentado no tenerte a mi lado, no haver podido verte crecer, no haver discutido contigo, no haver enjugado tus lágrimas, no haverte dormido en mis brazos, o despertado cada mañana. Son tantas las cosas que he lamentado, y lamento, que muchas veces me sorprendo imaginando como hubiera sido nuestra vida si no te hubieras ido.

Y me doy cuenta que si tú estuvieras aqui, lo más probable es que tu hermana no hubiera nacido nunca.

Qué cruel resulta la vida cuando reflexionas y te das cuenta que los regalos más grandes casi siempre requieren de los mayores sacrificios.

Lamentarse no sirve de nada, cada mañana hay que abrir los ojos y desear vivir en un mundo un poquito mejor, que los sacrificios que hemos tenido que sufrir no nos lastren, que aprendamos a vivir con ellos, y poco a poco nos dejen ver esos otros regalos que nos trae la vida. Así que basta de lamentos, vivamos con tu recuerdo, pero vivamos!

Hija duerme tranquila, aqui todos te queremos y te llevamos en el corazón.

Tu padre que te quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, háblale a Helena...