Querida Helena,
Hoy es 2 de Noviembre, Día de Difuntos.
Hoy, aunque parezca mentira, los cementerios se llenan de personas que se dedican a adecentar las tumbas y nichos, a cambiar las flores que llevan tanto tiempo marchitas y sobre todo a rezar y llorar por aquellos que ya no están entre nosostros
Recuerdo con cariño como tu abuela María cada 2 de Noviembre cogía una vieja fotografía de mi tío Pepe, la colocaba con cariño en la cocina, y frente a ella, con sumo cuidado, encendía una pequeña mariposa en un vasito de aceite.
Me gustaba tanto entrar de madrugada en la cocina, iluminada apenas por la parpadeante y cálida luz de la mariposa y me quedaba absorto mirando como la cara de mi tío cobraba vida con cada parpadeo, como parecía devolverme la mirada tras sus gruesas gafas de pasta y por una noche tenía la dulce sensación que mi tío, al que apenas conocí, nunca había partido de mi lado.
Pero las viejas costumbres se diluyen en el tiempo y por mucho que me gustaría hacer por ti lo que mi madre hacía por su hermano, dudo que pudiese encontrar una cajita de mariposas en las tiendas modernas, o que tu madre pudiese dormir tranquila sabiendo que una pequeña llama arde en la cocina.
Como he dicho antes, hoy es 2 de Noviembre, y en esta fecha los vivos giramos la cabeza para hablar con nuestros difuntos, en algunos casos es un dialogo hace mucho tiempo olvidado y que sólo se retoma en este día, en otros es algo mucho más vivo y en el nuestro es sólo un día más en el que charlaremos antes de dejarnos dormir.
Tu padre que te quiere.
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